Solo puedo verte, tocarte y oírte cuando miro hacia mi.
QUIZÁS.
No hallarte, no encontrarte, no tenerte.
Quizás nunca existas, quizás nunca has existido,
Pero tu presente me domina como lo hace la mano al pincel que escribe una nota de color sobre la tela cruda.
Quizás, quizás así es tu marca en mis venas, que se desangran lentamente, sobre mi pecho caliente y húmedo, en las interminables noches, no consigo regatear alguna poca hora de sueño.
Quizás, perdido sin remedio en el oscuro umbral de tus cabellos,
Iluminado solo por la ansiedad de los días en que no te tengo.
La desazón recorre mis pasos ruidosos, acompañado por tu fría palabra inexorable, que suscita voluntad inamovible.
Quizás, nunca te tenga, pero quizás, tu nunca me tengas a mi.
EL RASTRO.
Hoy fui,
Fui a ver si me encontraba con tu rastro,
El que dejaste aquel día que caminé contigo.
Busqué tus pisadas bajo el cielo de mis emociones,
En aquel lugar, no encontré tu rastro.
Aquel que dejaste allí.
Aspiré hondo, muy hondo, y tu perfume aun se mezclaba con el aire turbio,
Tu perfume, redimía el aire de la ciudad maldita.
Sentí como mi sangre se purificaba con tu olor.
Tuve esperanzas de hallarte.
Me senté en la mesa que compartió nuestros secretos, pero no encontré el rastro del sudor de tu mano que dejas te en ella.
Volví.
El ruido de mis pasos era ensordecedor, mas de lo usual.
No hallé tu rastro. Y pude darme cuenta que no hacía falta buscarte.
Siempre has estado dentro de mí.
SILENCIO.
Esto, es como un pétalo lanzado en la tierra,
Nunca se convertirá en flor.
Diosa, apasionada, tu vientre baila al compás de tu espejo,
Emperatriz coronada con pinceles, colores y texturas, y la palabra dura,
Circulo por una gran calle ciega,
Pasajero sin destino,
Cielo sin estrellas,
Playa sin mar.
Una locura.
Naranja eres dentro de mi, azul,
Verlos, es como verte,
Olerte,
Podría no sentir nada
Pero creo que te amo,
Simplemente
Cayo.
LLENO DE TI.
Lleno de ti,
Vaciaste mis venas de la sangra vieja que corría por ellas,
Y la cambiaste por una sangre nueva, de un color que nunca había visto,
De un sabor diferente.
Esta sangre reavivó mi corazón, que estaba absorto por el fluido de,
Ese líquido que lo llenaba.
Lleno de ti,
Le diste a mis ojos un horizonte nuevo donde mirar,
Uno que jamás había visto, con colores y fragancias desconocidas por mí,
Aquí en este mundo de ensueños puedo por fin soltar mis ataduras,
Soltar ese lastre que ni siquiera me permitía levantar la cabeza.
Yo, estoy lleno de ti.
Tal vez, si las palabras aun no
se pronuncian, no es porque
no existan, sino tal vez, porque
no alcanzan……..
Se que eres tu,
Lo oigo,
Cuando me escribes,
Puedo verte haciéndolo,
Escribiéndome,
En Cada letra
Veo tus dedos,
En cada punto
Leo tu silencio.
………. Ya no es que se digan
o no las palabras, sino, que
no sirven de nada.
¿quién muere? ¿quién vive?
…. Que importa,
¿se silenció el mar? ¿los peces; no cantan?
¿los pájaros; no nadan?
¿Es así?
No lo recuerdo bien,
Creo recordar, atardecer y enloquecer en mi.
Pero, igual; …. ¿importa?
¿me sirve de algo?
El pasto no crece, el sol se apagó hace mucho,
La luz que recibimos, es producto del eco del rayo.
¡aja!,
Pero, no me importa, no me interesa.
¿vivo? ¿agonizo?
No me importa,
No recuerdo mi ultima muerte, mucho menos si alguna vez, viví.
Lo único que necesito saber, es si algo de esto me importaría,
Si tu me amaras.
felicidad.
Que feliz amanecí hoy.
Creo haber dormido un poco mas,
No lo recuerdo bien.
No se porqué estoy tan feliz hoy,
Debe ser porque me encontré una moneda de 50 Bs. En el piso, o, porque mi café de la mañana no estaba tan caliente.
Creo que alguien me dijo ¿buenos días!
La dicha que siento de que hoy por fin mis pasos me dejaron escuchar los mangos caer, es muy grande.
Feliz porque nuevamente me acosté a las 8:00 p.m.
Lo único que perturbó mi día, fue recordar haberme enamorado.
no importa.
Lo dicho,
No es tal, Resulta mal.
Lo que digo, no importa,
Da igual, da igual.
Quiero decirte, decir,
Me gustaría percibir, no puedo,
Repruebo.
Todo lo hecho, mísero, no importa.
Dime. ¿Qué te digo?
¡quédate!
¿Qué hago ahora?
Nunca estuviste.
¿Qué hago ahora?
Nunca te quedaste.
¿Donde te puedo llevar?
A ningún sitio con historia conocida.
¡he muerto!
Mi pulso, no es real, solo es el eco de lo que alguna vez, fue el latido de mi corazón.
¡hola!
Tu olvido hoy, me recuerda que un día, existí.
Tu ausencia, hoy me recuerda que ya no existes.
Yo, te inventé.
Te di forma, para después, abandonarme.
Estoy detenido, en pausa.
Sin sueño, ese sueño que es la única forma de verte,
Me lo niego.
Llamé a tu nombre, sin respuesta.
Ya suturé mi alma de tu ausencia,
Quedó marcada de azul.
Olvido,
Soledad, mi vieja amiga, ladilla.
Bienvenida.
memoria
Desde aquí, donde estoy sentado,
En medio de tantos, sin hacer
Esfuerzo alguno,
Puedo sentir, oler tu perfume,
Traído por el fragor del viento
Que acompaña mi recuerdo,
Desde la última vez que te
Respiré.
Se hace mucho mas intenso,
Cuando cierro mis ojos y te veo.
No podría, sino, mil veces
Suplicar, que mi recuerdo
Se renueve, y poder
Ampliar, mi memoria de ti.
instante.
En medio del humo, y del ruido que se
Mezclaba con la luz tenue que
abundaba allí, avancé hacia ti, con
el agrado desesperado, del instante
de la visión que llevaba en su camino
la energía de aquella pasión.
Te vi.
Me reconociste, en un instante,
Notaste el calor de la visión que
Recorría tus labios fantásticos,
Devolviendo en el gesto, la misma
Intensión, solo segundos,
Solo un instante.
Me viste.
Allí sucedió.
El galopar de la sangre tomó mi
Cuerpo, alentando el impulso de
Quedarme.
Encuentro sutil, casi intangible,
La luz se hizo humo,
No se rasgó, tu mirada,
Huyó.
el brindis
El brindis, no dado.
No recibido.
No mirado.
Callado.
Sin cabello tocado.
Sin alfombra pisada.
Sin mano tomada.
Sin pintura usada.
Sin franela sudada.
El brindis, con corazón astillado.
Con puerta cerrada.
Con mano soltada.
Con pasión, mal gastada.
Al final, sin función estrenada.
Con la expresión acomodada, la pasión reflejada.
En el sillón observada.
Y al fondo, la palabra no escuchada, tantas veces pronunciada.
En el ruedo matada.
También tragada y con las manos, mil veces vomitada.
Sonido calmo, del oleaje tranquilo, a la orilla de mis tierras.
Imágenes sórdidas que encuentran a mi mirada, no pueden esconderse los furtivos delante de mi.
No puedo estar aquí, debo huir,
Huir lejos de ti, de aquí.
Mis ojos te ven hacer, así como la luna, a la distancia, contempla amanecer, sin poder hablar, sin poder decir nada, pobre luna, quizás a ella le gustaría cambiar el atardecer del verano, soleado, despejado, por días iluminados por la luna, por miradas furtivas cambiadas.
Huir, como la luna huiría de ti, como el sol huye de la luna, con sus tristezas, con sus añoranzas, con tu ausencia.
Pulso agitado, respiración acelerada,
Una sola persona,
Sola,
En una casa vacía,
Mucho silencio,
Un motivo,
Depresión desaforada,
Un lápiz y este papel,
Una cama,
Almohadas,
Y el llanto para enjugarlo todo.
Así son mis días, ahora.
Siempre estuve tratando
de ser invisible e inaudible
para ti, para que no te
sintieras incómoda,
muy aun por sobre mi.
Y aun así, notaba desde
mi invisibilidad,
tu incomodidad y
sentí tu caricia cambiada en golpe
haciéndome sentir culpable por sentir.
Por poco se me ocurre pensar.
Y aun así, lo que me quedó de ti,
Lo que me dejaste, fue una pisada,
Una huella muy grande y profunda,
Solo espero que alguien pueda llenarla,
Y solo espero, que no sea pensando en tu recuerdo.
¿te alejas?,
Si.
Pero no de mi, sino de ti.
Te vas. Bien.
¿A dónde?
Si sigues aquí.
No puedes irte y dejar tu recuerdo aquí,
Llévatelo.
Me oprime y no me deja respirar.
Sin oírte, ni verte,
Sin tocarte ni hablarte,
Sin posarte en ningún sitio visible,
¿de verdad, crees que te has ido?
No puedes hacerlo, no aun,
No hasta que yo recoja todo lo que a lo largo del tiempo dejaste en mi.
No puedes irte solamente, así, llevándote tu presencia, porque no basta,
Porque lo que dejas aquí,
Es lo mas difícil.
Tu ausencia.
Debes llevártela también.
No puedes irte así, llevándote todo y dejar tu ausencia.
No puedo lidiar con ella.